viernes, 10 de abril de 2015

El valle de San Miguel y las flores de abril


La luz es o nos parece diferente después de los meses invernales y en abril resulta especialmente agradable pasear y disfrutar del estallido primaveral.
Presento una sencilla muestra de lo que pude observar en el recorrrido al valle y la cueva de San Miguel, en Sierra Salvada, desde el puerto de Angulo. El paseo discurre paralelo al cortado con magníficas vistas; el pequeño valle al que nos lleva está cerrado por farallones rocosos; un bosquete de hayas, algunas de gran porte y aún desnudas, se aloja en el fondo. 
La cascada desde el cortado                                                                       El hayedo del valle


Las flores de abril
Las últimas Prímula veris conviviendo con las siguientes flores en aparecer. No están todas, otras muchas florecillas que también aportan su colorido han quedado fuera de este repaso
Erythronium dens-canis o Diente de perro
Anemone nemorosa en el bosque, como su nombre indica
Ranunculus ficaria (Celidonia menor) en zonas húmedas
Romulea bulbocodium en los prados soleados
Cardamine raphanifolia  en zonas encharcadas y sombrías junto a riachuelos
Hepatica nobilis muy abundante en el bosque, con sus variados tonos partiendo del blanco
Narcissus asturiensis en los prados soleados
Viola reichenbachiana muy abundante, agrupadas en zonas soleadas
Helleborus viridis
Narcissus nobilis un sólo ejemplar en el pinar acabando el recorrido
La cueva de San Miguel
De ella surge el río del mismo nombre que, unido a otro y varios riachuelos, se precipita por el roquedo en un salto de 200 m. 

Entrada de la cueva de San Miguel El Viejo
Interior de la cueva
Al borde del salto de San Miguel, una vista espectacular